Un bocado de México, un vistazo a la pobreza extrema....

Como les había comentado, me apunte a participar en un Proyecto del Instituto Nacional de Salud Pública, el target: familias beneficiarias del Programa Oportunidades, tanto nuevas, como de varios años y también algunas que ya no eran beneficiarias, todas ellas ubicadas en zonas urbanas.

Ruta 8, comprendiendo el estado de Veracruz, de norte a sur. La ruta se dividio en 3 grupos y mi grupo fue el que recorrió más localidades.

Salimos de la Ciudad de México el domingo 1 de noviembre del 2009. El traslado se realizo por el nor-oriente de la cd. via Teotihuacan-Xicotepec de Juarez, Puebla- Cerro Azul.

Me remitire a los lugares que yo personalmente visité. Y por supuesto que no entraré en detalles, porque una, ni me acuerdo de todos y dos, pues no todo es relevante...jah!

Cerro Azul, localidad al norte de Veracruz, pequeña ciudad que lo único que tiene de interesante es que es la tierra del grandote de Cerro Azul, Carlos Hermosillo y algunos pozos petroleros.

Nos hospedamos en el hotel "Hermosillo" que de hermosillo solo tiene el nombre porque era un hotelucho...pero no era para ponerse divoso porque ya nos habían advertido que a veces podriamos elegir hoteles limpios y decetes por buen precio...y a veces nos tendríamos que conformar con lo que habia.....>_<.

Particularmete recuerdo de ahi a una familia que vivía en un terreno tan grande que ya lo quisiera yo, pero su vivienda era una tipo choza, de paredes de carrizo y techo de palma, y que decir de la tierra suelta. Ese día llovió y se hizo tremenda pasta que la niños de antropometria y yo salimos con botas de lodo pegadas a los tenis....y la verdad solo reimos mucho de lo ocurrido, porque saber que estamos sanos en comparación con la señora de 28 años que padece diabetes, y su esposo con hipertensión, digo....es para valorar ¿no?...y no me quiero imaginar las enfermedades pulmonares y respiratorias que la familia tendrá porque aun cocinan con leña....dentro de su vivienda...

Cuatro días estuvmos ahi y al final nos despedimos de Cerro Azul con un poco de estrés pensando que apenas comenzabamos y estar lejos de la comodidad de casa y el calor familiar ya pesaba. Tania, mi compañera de dormitorio se despidio del hotel "Hermosillo" con medio cuerpo picoteado por no se que misterioso bicho-insecto que curiosamente solo se cenó la parte de su cuerpo que reposaba en el colchón....

Asi que partimos hacia a Tlapacoyan, y pasamos la noche en Poza Rica, y pues de ahi no tengo mucho que decir porque ahi si "pase de noche".

Enfilados hacia una de las zonas más bellas de Verazcruz, la autopista nos dió un vistazo por Costa Esmeralda y por vez primera mis ojos vieron de cerca el Golfo de México, y aunque el cielo nublado no permitia iluminarlo, el mar nos regalo una imagen de su inmensidad.

Tlapacoyan es un lugar donde el turismo de aventura esta en su apogeo. La verdad es un pueblo hermoso por donde quiera que lo veas. Con su pintorescto kiosko, su catedral y sus jardines con decenas de sillas blancas, te invita a pasar unos dias tranquilos y divertidos.

Si alguna vez van allá, les recomiendo am-pli-a-men-te el Hotel Oriente. Precioso. Ubicado en corazón del municipio, frente a la plaza principal, es un edificio colonial, con habitaciones amplias para 2, 4 y 6 personas, balcones coquetones e instalaciones de primera. Atención de sus propietarios de una calidez increible. Bueno, de verdad quede enamorada de ese lugar. Con decirles que la última noche nos ofrecieron una cena de tamalitos riquisima.

El segundo dia ahi coincidio con el primer descanso de la larga jornada. Y elegimos visitar la Cascada el Encanto y lugar en el cual, nade un poco porque el agua estaba he-la-da, y la verdad me acobardé al saber que tenia 16 metros de profundidad. Luego nos trepamos en una balsa listos para aventurarnos en las divertidas aguas del rio Filobobos, donde realizamos un recorrido de una hora aprox. en donde un divertido y dicharachero guia amenizo el paseo con sus andanzas y anécdotas. Un poco de adrenalina al bajar, pero para mi fue un poco más al término del último salto la balsa bajo de lado y la inercia de la caida me arrojó fuera de la balsa....en un chapuzón frio, y en instantes desesperante porque más que caer al agua me preocupó que la corriente me llevara o arrastrara contra las rocas >_<....afortunadamente no pasé de pegarme contra la enorme rama de una árbol...que se rompió y el susto de una compañera al verme desaparecer en el agua.

Con eso mi dosis anual de adrenalina al extremo estaba más que justificada y una buena carcajada entre nerviosa y dviertida fueron el saldo de esa visita inolvidable a los rápidos del Filobobos.

El trabajo fue de lo más leve, incluso podiamos terminar y regresar al hotel caminando. Ahi todo fue perfecto. Y recuerdo especialmente a un par de mujeres, que ya no recuerdo el nombre pero, que me sacaron lagrimitas porque fue triste conocer sus historias.

Hubo una señora. Llegué a su casa y toque la puerta, pero nadie respondía. La ventana junto a la puerta permanecía abierta, asi que me asomé para ver si conseguía ver a alguien. A lo lejos escuche una vocecita entre doliente y desesperada, que me dijo: "Estoy sola, no puedo caminar". Me alerté, escuche lo que escuche? me decía. Espere un poco y nada se escuchaba.

Pasados unos minutos se abrió lentamente la puerta y no veo a nadie frente a mi. Bajo la mirada y veo sorprendida a una señora de 80 años sentada en el suelo. Me espanto y le pregunto si se encuentra bien, a lo que ella me responde: "Me cai y me lastime la cadera, creo que me la fracturé, y estoy yo solita, tuve que arrastrarme para abrir la puerta"

Sintiendome culpable por hacer que ella hiciera eso trato de ayudarla a incorporarse o a tratar de caminar pero ella solo me contesta que se siente mejor arrastrandose y comienza a llorar.

Como si todo el tiempo lo hiciera, se dirige de la misma manera hacia su cama y yo solo acierto a mirarla impotende, sin poder ayudarla.

Ya cerca de su cama trato de levantarla y es entonces que puedo preguntarle si se encuentra bien, si le puedo ayudar en algo, si llamo a un médico para que la revise o algo. Pero es entonces cuando me dice que la caida ya tiene más de una semana. De pronto pienso que nadie la ha venido a ver, pero me dice que sus hijas si la ayudaron, que los vecinos estan al pendiente y que no tardan en llegar sus familiares. Respiro.

Insisto en ayudarle en lo que necesite pues no se si ya comio algo durante el dia o ha bebido agua.....en fin me desespero por verla sola, sin alguien que la cuide, y me aguanto las ganas de llorar con ella, por ver la miseria, no material si no de familia en la que puede caer una persona.

Ya más calmada hago mi trabajo y procuro realizarle la entrevista lo más pronto posible para no importunarla y dejarla descansar pues la lluvia comienza y el frio se acerca.

Salgo de su casa deseando que su familia la cuide, yo ya no puedo hacer nada por ella.

Pero tambien recuerdo que en el camino que andaré, voy a ver muchas cosas y situaciones que van a chocar con mi inteligencia y que solo puedo ser un mudo testigo de esas vidas, de esas familias y de ninguna manera puedo dejar llevar mis sentimientos por esas personas.


Continuará.......




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